sábado, 8 de junio de 2013

El libro flotante de Caytran Dölphin

Recientemente he descubierto un relato digital que me parece un buen ejemplo de hiperficción colaborativa en la red y por lo tanto me ha parecido adecuado analizar. Se trata de un proyecto de ficción progresiva llevado a cabo por el escritor Leonardo Valencia en colaboración con el programador y artista digital Eugenio Tisselli: “El libro flotante de Caytran Dölphin”. La obra está vinculada a su homónima original publicada en papel. 


En el argumento de la novela el protagonista, Iván Romano, nos cuenta la historia del escritor Caytran Dölphin citando fragmentos de su obra “Estuario” e interpretando dichos fragmentos. Romano guarda para sí el único ejemplar de “Estuario” lo que convierte al libro en un texto inaccesible en su versión original.

Esta supuesta inaccesibilidad del texto original es lo que propició su salto a la web en  Libroflotante.net. En esta web se permite la creación de nuevos fragmentos apócrifos supuestamente pertenecientes a “Estuario” así como modificar y alterar los fragmentos existentes mediante distorsión por substitución, distorsión completa, y distorsión por edición. Estos nuevos fragmentos creados por los lectores pasarían así a formar parte de “Estuario” y el lector se introduce en el papel de Romano participando de la interpretación y la construcción de la obra invisible de Caytran Dölphin.



La justificación de crear una página dónde se invite a los usuarios a modificar o a construir fragmentos de la misma se explica de esta manera:

En la novela El libro flotante de Caytran Dölphin el protagonista, Iván Romano, nos cuenta la historia de aquel autor citando algunos de los fragmentos de Estuario e interpretando lo que él supone que representan los fragmentos para Caytran Dölphin y las historias que ocultan.
Romano posee un ejemplar de Estuario y no quiere darlo a conocer. Como Estuario no es un libro accesible en su versión original, y los fragmentos elegidos por Romano no implican la totalidad del libro, nada impide que aparezcan más fragmentos apócrifos (pregunta 4). De los fragmentos seleccionados, 56 han sido comentados por Romano. Otros fragmentos han sido incluidos sin comentario en el capítulo sexto y final de la novela. Estos fragmentos publicados en El libro flotante de Caytran Dölphin son el territorio inalterable de Romano. Pero en esta web todo eso se puede cambiar.
Precisamente por eso se ha creado esta web: para seguir el mismo procedimiento de Iván Romano y para que los lectonautas puedan aportar sus propios fragmentos de un libro que queda abierto para que cada versión apócrifa pueda considerarse parte de ese libro. Un estuario, a fin de cuentas, es una entrada en tierra firme de un mar que se ramifica en distintos canales que fluyen en dos direcciones: pleamar y bajamar. Al final, aunque separados, todos los estuarios están conectados entre sí, y todos forman parte del mismo mar narrativo. Es decir, los vacíos ficcionales siempre pueden llenarse y continuarse. Porque en el mar de la historias, y sus lecturas y comentarios, estas nunca tienen fin. ¿Lograremos así que Iván Romano se decida a revelarnos íntegramente el único ejemplar que dice poseer? Probablemente.

En esta página se pueden leer tanto fragmentos de la novela original como fragmentos que van creciendo a partir de fragmentos existentes en forma de comentarios o nuevas versiones y a partir de fragmentos de libre creación por parte de los usuarios, de esta forma se va perfilando una obra-puzzle compuesta por múltiples autores y estilos.


ANÁLISIS DE ESTA HIPERFICCIÓN

Interactividad
Así podemos ver que tenemos la opción de modificar fragmentos ya existentes, comentarlos o crear nuevos.
La función modificación permite la modificación total mediante la introducción manual de un texto o la modificación parcial clicando en algunas palabras para que el programa las cambie por otras del mismo campo semántico.
Yo, personalmente, he optado por cambiar un fragmento ya existente que podéis ver en la imagen más abajo con el asterisco verde y lo he cambiado por el texto marcado en rojo.


La página te pide un nombre y un mail de contacto pero no es obligatorio, de hecho hay muchas aportaciones anónimas. Posteriormente asigna un número a la creación como podéis ver más abajo y “queda pendiente de aprobación”.


Narración no-lineal
El hecho de vertebrar una narración a partir de múltiples fragmentos hace que se pierda cualquier tipo de linealidad, de hecho, cada vez que intentamos leer los diferentes fragmentos de la obra, estos se nos presentan con distinto orden y van acompañados de un número que no necesariamente tiene que ver con su orden de creación. El único indicio que tenemos para establecer un orden “lógico” de los mismos es el código de colores que presentan (el asterisco rojo quiere decir que es un fragmento de la novela original, el blanco que es un modificación y el verde que es un fragmento totalmente nuevo).

Interface
Se trata de una interface totalmente textual. Quizás el hecho de constituir una extensión colaborativa de un libro original en papel, arrastre consigo esta predominancia absoluta del texto sin ningún tipo de imágenes o audio y sin la posibilidad de incluirlos. Esto, desde mi punto de vista, resta posibilidades creativas a las aportaciones de otros usuarios, cuán interesante sería haber jugado con evocaciones visuales, sonoras o animadas de fragmentos del texto original.

Accesibilidad
Como he mencionado antes, la comunicación con el usuario es únicamente mediante la lectura del texto en pantalla por lo que se debería adaptar un lector de pantalla para usuarios invidentes.
Por otro lado, la página es navegable de forma muy sencilla e intuitiva y para realizar aportaciones no se necesita efectuar ningún registro.

Convergencia de medios
Hay ciertamente una convergencia de medios ya que, aunque solo contamos con el texto como forma comunicativa, la “lectura” de la narración ha saltado de la linealidad de la obra en papel a la interactividad constructivista de internet dónde el material va cambiando y creciendo mediante las aportaciones de los usuarios. En cierto modo es una experiencia transmedia pues la página web completa o aporta algo nuevo a nivel de contenidos y a nivel de comunicación con el usuario que se convierte en verdadero protagonista y co-creador de la obra.

Nivel de interactividad
Como he mencionado antes se permiten tanto modificaciones como aportaciones personales de contenidos por lo que la interactividad es bastante alta siempre dentro de los límites que impone el hecho de no permitir más que la colaboración escrita. Sin embargo hay que decir que las colaboraciones no son publicadas de forma automática sino que hay que esperar que el webmaster les dé el visto bueno, luego la supuesta bidireccionalidad puede que no llegue a darse totalmente al existir este filtro.

Modelo comunicativo que sustenta
Aparentemente sustenta un modelo constructivista y bidireccional donde todos los usuarios pueden tener voz en el acto creativo. Lo que ocurre es que, el hecho de haber un webmaster que actúa como filtro, hace que esta realidad constructivista no sea del todo cierta (creo que mi aportación era muy bonita, me la podían haber autorizado…si esta situación cambia en los próximos días me comprometo a modificar esta entrada).
Así según se nos dice en la introducción:

Esta web da la oportunidad de incluir y crear nuevos fragmentos de Estuario. Se pueden escribir y reescribir los textos de un libro desaparecido. Permite, además, que el lectonauta dé su propia versión sobre lo que se cuenta. Y, sobre todo, que cuente su propia historia.

Síntesis valorativa
Es un proyecto sugerente por tal y como está planteado ya que la obra literaria que de alguna forma lo sustenta (la novela en papel de Leonardo Valencia) le da un interés añadido y no porque sea una “obra en papel” sino porque ésta tiene un aire de misterio que beneficia mucho a la experiencia colaborativa en internet.  La introducción de la página se encarga de acercar al usuario a la ficción de la novela para que entremos más en su mundo y nos animemos a participar como podemos ver aquí:

Y quizá nos lleve a saber quién es Caytran Dölphin y dónde está, porque sigue desaparecido. Como ocurre con Estuario, cualquier dato sobre él es posible. Así también hay una sección donde se pueden colocar pistas de su paradero en cualquier lugar del mundo donde se lo haya visto por última vez.
Esta es la idea de lo flotante: aquello que está suspendido, en vez de estar fijo. Esa es la condición flotante de toda ficción: abrir mundos posibles e inagotables.
Esta historia, como todas las historias, no tiene fin.
¡Bienvenido a este viaje por una ficción progresiva!

Esta interesante alternativa literaria de carácter constructivo comunitario ha servido también para acercarme a la obra del escritor Leonardo Valencia  y del artista digital Eugenio Tisselli.

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